La prensa tradicional es la que mejor ha investigado la corrupción
Los periódicos tradicionales -papel- han dejado de ser, con el uso masivo de los teléfonos inteligentes y las redes sociales, el intermediario clásico entre el hecho noticioso y la ciudadanía. Pero el formato en papel es más influyente y marca más que el periódico digital la agenda diaria de la clase política. Y, además, los viejos periódicos en papel son el eje que sirve para opinar sobre los más variados asuntos en las tertulias matinales de radio y televisión. “La opinión pública ha dejado de ser patrimonio exclusivo de los medios de comunicación clásicos, pero aún tienen mucha fuerza, pese al descenso de la venta en los kioscos, y son quienes han puesto al descubierto los casos de corrupción política”, según ha asegurado Elena Marín Argarate, periodista y exdirectora de comunicación del Ministerio de Justicia (2012-2014).
Durante el acto de inauguración de estas jornadas, el vicerrector de Relaciones Institucionales de la UC, Juan Enrique Varona, y la vocal de la APC, Lara Tejerina, han expresado la oportunidad que supone este ciclo formativo en un año cargado de citas electorales, y la influencia que ello tiene tanto en el trabajo de los medios de comunicación como en la propia sociedad. Tanto Varona como Tejerina han coincidido en que los profesionales del periodismo necesitan una formación continuada en un escenario digital tan cambiante.
Marín Argarate ha abierto el ciclo de seis conferencias de las Jornadas de Información Política y Comunicación, organizado por la Asociación de la Prensa de Cantabria, la Universidad de Cantabria y Cantabria Campus Internacional. ”Los ciudadanos se han dado cuenta de que pueden ser protagonistas de las noticias, con sus comentarios, a través de las redes sociales, y eso ha hecho mucho daño a los periódicos en papel. Todo se basa en la inmediatez, y de ahí que Internet arrase ya en la preferencia de los lectores”, ha indicado.
La exjefa de comunicación del ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, que llegó al cargo procedente de La Gaceta de los Negocios, ha señalado que si bien Podemos se ha encumbrado como fuerza política gracias a las redes sociales y, sobremanera, a la televisión, lo cierto es que los grandes casos de corrupción política de los últimos años han sido publicados por los periódicos impresos, salvo el de la tarjetas opacas de Caja Madrid, que fue una exclusiva del diario digital Público.
“Rara vez las televisiones y radios suelen dar grandes exclusivas, porque la inmediatez de esos medios impide muchas veces la reflexión o el tiempo necesario para investigar, salvo en determinados programas especiales. En cambio, los periódicos tradicionales, que apenas son comprados por lectores por debajo de los cuarenta años de edad, son fuertes en lo que a investigación y competencia entre ellos se refiere. Y de ahí el que se hayan conocido las corruptelas”, ha advertido tajante la periodista donostiarra.
Elena Marín ha destacado el papel cada vez más preponderante de los medios digitales. “Ya no son, en general, aquellos confidenciales de hace unos años sin información contrastada y escasamente solventes. Ahora, en cambio, hay medios muy serios, por lo que ya no se les puede calificar de medios secundarios. Y luego tienen la ayuda de las redes sociales para llegar a más lectores con sus noticias y opiniones. El futuro está en un periodismo de datos y de contexto, en suma, en un periodismo interpretativo, tal y como hacen las buenas cabeceras en papel y bastantes periódicos digitales con excelente columnistas”, ha precisado la ponente, quien ha precisado que el ministro Ruiz Gallardón le dejó trabajar “con absoluta libertad”.